Cuando un hombre descubre sus faltas, Dios las cubre. Cuando un hombre las esconde, Dios las descubre. Cuando un hombre las reconoce, Dios las olvida.
No hay modo de esconder el pecado delante de los ojos de Dios. Él lo conoce todo. Dice la Escritura que no está la palabra en nuestra boca y aun así ya Dios la sabe.
Así que, no podemos esconder nada ante Dios. No podemos esconder el pecado o tratar de esconderlo de Él. Pero de seguro que podemos reconocer que hemos pecado, arrepentirnos y apartarnos del error que hemos cometido.
Sin duda Dios nos perdonará. La Biblia dice que los ehcará al fondo del mar y jamás se acordará que los pecados cometidos.
Oremos pidiendo perdón a Dios y apertermonos del pecado
Dios te bendiga.
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