miércoles, 31 de julio de 2019

La teología de liderazgo de Jesús






¿Cuál es el modelo de liderazgo del líder cristiano? Es fundamental que el líder cristiano sepa cuál es el modelo que debe seguir, el modelo de liderazgo que debe imitar. El líder cristiano encuentra todo este entendimiento en la Biblia y en el  mejor ejemplo y modelo del Señor Jesús.

Siguiendo el modelo de liderazgo del Señor Jesucristo se puede evidenciar algunos aspectos fundamentales.

A.-  El poder que trae el liderazgo
Jn. 13.3“…sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba…”  Jesús sabía que Dios, Su Padre, había puesto todas las cosas bajo su poder. Sabía que Dios tenía control sobre su vida y ministerio, y que le había confiado todo. El poder de Jesús sobre todo lo creado venía de Dios, Dios era la fuente de su poder.

B.- La muestra del servicio en su Liderazgo
Jn. 13.4-14 “…se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos. Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos. Así que, después que les hubo lavado los pies, tomo su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
El acto de lavar los pies, al ser una labor de sirvientes, sirvió de ocasión a Jesús para enseñar su modelo de liderazgo. El líder cristiano es un líder-siervo.

En la pregunta sobre quién es el primero y más grande en el reino de Dios (Mr. 10.35-45), Jesús ya dejaba vislumbrar su modelo de liderazgo para sus seguidores.
El líder siervo debe tener en mente que ocupa una posición privilegiada que le ayudará a influenciar positivamente sobre sus seguidores, no para hacer lo que sus seguidores digan, ni para dejarse llevar, sino como herramienta para cumplir el propósito de Dios. Así  que servir, ser ejemplo, cuidar, pensar en los demás, antes que en sí mismo, es lo que hizo Jesús y es lo que cada líder debe hacer.

En estos versículos se puede ver a Jesús diciéndole  que los que han de ser puesto su cargo han de ser como ovejas al cuidado de un pastor que las ha de servir, cuidar y alimentar, no como súbditos a quienes hay que dominar, sujetar y oprimir para sacarles todo el jugo. Así que los que son más serviciales y más útiles, son los más honorables y los que serán glorificados luego. Y se coloca a sí mismo como ejemplo.

La Biblia dice, “cuiden como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo, no por obligación ni por ambición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere. No sean tiranos con los que están a su cuidado, sino sean ejemplos para el rebaño… Revístanse todos de humildad en su trato mutuo” (1 Pedro 5: 2-5)

C.- Les instruía
(Jn 17:8). "Porque les he entregado las palabras que me diste, y ellos las aceptaron; saben con certeza que salí de ti, y han creído que tú me enviaste" La Palabra de Dios es el fundamento; es aquello sobre lo cual se edifica cada vida. Es sólida, es el manual, es la guía.


Richards & Hoeldtke dice:   
“Esa obra involucró la formación de una compañía de creyentes que son distintos de todos los otros porque Jesús les dio las palabras que el Padre le dio a Él y ellos las aceptaron”

D.- Oraba por sus  seguidores


(Jn 17: 13-19) Jesús continúa orando para que Sus seguidores sean protegidos del maligno mientras viven en el mundo. En los versículos  20-26 se puede ver que esta oración no es solo para los días de los discípulos de Jesús. Es para todo aquel que, a lo largo de la historia, se convierta en miembro de ese solo cuerpo. Es de gran preocupación para Jesús que ellos lleguen a tener completa unidad para que el mundo sepa que el Padre lo ha enviado a Él y los ha amado a ellos (v23).

La teología de liderazgo en el Antiguo Testamento




     El papel  de los líderes del Antiguo Testamento se convierte en un punto referencial para nuestro trabajo como líderes en la iglesia. El Señor  mismo se levanta como modelo de aquellos que guían al rebaño en todo los tiempos. Así mismo, los líderes que Dios estableció en el pueblo de Israel  también modelan para nosotros valores y actitudes. 

     Los “ancianos” eran un grupo de líderes entre los israelitas desde el tiempo de Moisés. Los encontramos tomando decisiones políticas. “Vinieron pues, todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y el rey David hizo pacto con ellos en Hebrón delante de Jehová, y ungieron a David por rey sobre Israel”  (La Biblia,  2 Samuel 5:3),  posteriormente en la historia, aconsejando al rey. “Entonces el Rey de Israel llamó a todos los ancianos del país, y les dijo: Entended, y ve ahora cómo éste no busca sino mal; pues ha enviado a mí por mis mujeres y mis hijos, y por mi plata y  por mi oro, y yo no se lo he negado”  (La Biblia, 1 Reyes 20:7) y representando al pueblo en lo concerniente a asuntos espirituales “Dijo Jehová a Moisés: Sube ante Jehová, y tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos”.  (La Biblia, Éxodo 24:1).

     Así mismo, en la Biblia se encuentran personajes que fueron modelos de liderazgo, como  Noé y su compromiso, la fe de Abraham, la nobleza de José, la obediencia de Moisés y otros hombres y mujeres que les tocó asumir la responsabilidad de influir en el pueblo de Dios. Ellos  estimulan y desafían a mantener nuestra mirada puesta en los más altos valores del reino. 

     La primera traducción griega del Antiguo Testamento, la Septuaginta, usaba la palabra griega presbuteros para “anciano”. Esta es la misma palabra griega usada en el Nuevo Testamento que también es traducida como “anciano”. “Ser cabeza también se refiere en el Antiguo Testamento a autoridad y liderazgo”. (Hoeldtke, SA)

     El ejemplo clásico de Moisés resalta aquí. Intentar primero en sus propias fuerzas dirigir al pueblo para después darse cuenta que es imposible sin la ayuda del Señor. Esto representa un aspecto resaltante dentro del liderazgo del Antiguo Testamento:
Las instituciones fueron establecidas por procedimientos como el de Moisés, que siguió el consejo de Jetro para “elegir entre el pueblo hombres capaces y temerosos de Dios, que amen la verdad y aborrezcan las ganancias mal habidas, y designarlos jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas (Ex. 18: 21) (Hoeldtke, SA)

     Así pues, podemos ver en Éxodo 18:13-27 hechos interesantes con respecto al liderazgo. Jetro, quien era suegro de Moisés, y quien era un hombre sabio en el asunto del liderazgo y observación,  vio que Moisés tenía demasiadas responsabilidades, por ello,  le da un consejo acerca  de que debe delegar algunos de sus tareas a otros hombres del buen carácter. “No le gustó el método que Moisés usaba, y así se lo dijo con toda libertad (vv. 14, 17,18). Pensó que era demasiada tarea para que la desempeñara Moisés solo” (Henry, 1999).

     Es necesario entender la importancia de la delegación.  Ningún líder puede hacer todo por sí mismo.  No es bueno para el líder, ni para la gente.  Este es muy claro en el versículos 17-18, donde Jetro dice, “No está bien lo que haces.  Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.”   Moisés no cedió todas sus tareas.  Era necesario distinguir entre las tareas que solo el pudiera lograr, y las que otras personas pudiera aprender.  La comunicación con Dios y la sanidad espiritual de su pueblo era la responsabilidad de Moisés.  Pero pudo enseñar las leyes de Dios a hombres de buen carácter, y estos hombres podían juzgar al pueblo.

     “Los versículos 18 y 19 están antes de la sugerencia de Jetro de designar una multitud de líderes de división. Primero, Moisés debía enseñarle al pueblo las ordenanzas y leyes de Dios para que el pueblo pudiera entender el camino por donde debían andar y la obra que debía de hacer. Esto era fundamental.” (Ortíz, 2006).


     Por lo tanto, se le imponía la necesidad de delegar la responsabilidad de juzgar, particularmente lo casos sencillos, a otras personas para que él pudiera concentrarse en su prioridad. Esta delegación dio una estructura que permitiría que una persona no estuviera a cargo de más de diez personas para cuidar.